Desde ILDA entendemos que la falta de datos e información sobre poblaciones históricamente excluidas y los problemas que les atañen, impiden a los Estados y a las organizaciones tomar medidas certeras para mejorar las condiciones materiales de estas personas. Los datos son cruciales para dar visibilidad y agencia a todas las personas y garantizar sus derechos y acceso a una vida digna y libre de violencia.

El concepto de inclusión social reconoce que las condiciones materiales de vida y las vulnerabilidades de la persona no dependen sólo de sus elecciones personales, sino que son multidimensionales y superan al individuo. Asimismo, reconoce que el Estado debe accionar para mejorar las condiciones materiales de vida de los individuos desde múltiples dimensiones.

Los datos pueden exponer la desigualdad y la injusticia, así como motivar, cambiar e impulsar la rendición de cuentas. Buscamos trabajar enfoques de uso, recolección y apropiación de datos que abonen a la inclusión, la reducción de las desigualdades y la eliminación de las violencias basadas en diferencias de género, raza, e identidad.